jueves, 17 de julio de 2008

Un lugar tan familiar...
Tan trillado el camino, tan conocidas las calles. Fantasmas de los recuerdos corren por los pasillos, ecos de tantas risas. Memorias de tantos que por sus estrechos corredores han caminado.
Pero el solo hecho de estar ahí da una alegría tal, todas y cada una de las visitas, a pesar de lo cotidiano que fue alguna vez. *se añora esa cotidianidad que ya no se tiene*
Tan verde. Tan azul. Tan pacifico. Tan amplio.... Tan hogar.
Lo que antes era el día con día, ahora se reduce a hora por hora. *Así se aprecia el poco tiempo que se tiene*. Se aprecia así lo compartido.
Es todo lo que se fue y lo que se es en un solo lugar. Dentro de esas cuatro paredes no se tienen secretos, fueron testigos te tantos murmullos y de tantas lágrimas, de tantos juegos, de muchas noches en las que con dificultades se abrieron sus puertas.
Historias de historias podría contar si hablase. Anécdotas de anécdotas relataría si recordase.
Anhelo ser despertado nuevamente por los paja ros y abrir el ventanal para ver las montañas. Buscar al halcón que se asoleaba a media tarde. Salir a correr por las tardes y a caminar sin rumbo por las madrugadas....... Supongo que esa ausencia hace mas notable la presencia :D